miércoles, 22 de octubre de 2008

SILENCIO

Me dijiste eres una princesa y debes ser tratada como tal, sonreí, me robaste un beso y te fuiste. En mi habitación pensé: ¿por qué no puedo decirlo?; me miré al espejo y el reflejo gritó COBARDE, trate de explicárselo, su mirada me acusaba, no creía en mis palabras y me interrumpió diciendo: tienes miedo a no ser correspondida, moví la cabeza respondiendo un SÍ; me dijo: que excusa tan tonta, como puedes dudar de él, tú sabes que TE AMA, ¿acaso tú no?; dije: realmente LO AMO, solo que no se como expresarlo; me dijo: es fácil, solo dile que lo amas; le respondí: el SILENCIO dice mucho, no necesito decir nada, él lo sabe, un te quiero no es suficiente, son solo palabras, es necesario sentirlo para creerlo, una frase no basta y aunque no lo demuestre, él siempre sabrá el gran amor que le tengo.
Un día él me miro a los ojos con tristeza, y con nostalgia dijo esa es tu manera de querer; eres mi princesita hecha de hielo, fría e indiferente; sus palabras me hirieron pero calle, hice lo que mejor me enseñó él: SER FUERTE, medité varias horas.......descubrí que es necesario decir lo que sientes; te mienten al decir: no lo digas demuestralo, porque se complementan y ambos son necesarios.
Comencé a recordar aquella llamada diciendo: esperame ya voy a........seguido de gritos, bulla y luego tuuuuu, tuuuu, tuuuu.......la llamada se había cortado; me asusté, pasaron varias horas y tú no llegabas, tu celular apagado me llenaba de angustía; salieron a buscarte, no entendía nada, mis emociones estaban congeladas, parecían ausentes; apareciste casi al amanecer, con el pantalón rasgado, los botones imcompletos, un solo zapato y golpeado; lo recuerdo bien, te vi en la puerta y mi corazón explotó; te abracé muy fuerte, como para no dejarte ir, lloré desesperadamente hasta casi desmayarme, no podía hablar, balbuseaba y temblaba; me sentaste en tus piernas, secaste mis lágrimas, me miraste a los ojos y para tranquilizarme dijiste: NO llores más porfavor, estoy bien, NUNCA me va a pasar nada, TE LO PROMETO; me mentiste, es una promesa que no podrás cumplir y aunque sé que no lo harás, quiero creerte.
SÍ soy fría e indiferente, me conoces, y aunque digas que es mi forma de querer esta vez quiero decirtelo: TE AMO, TE AMO, TE AMO PAPÁ, quiero decirte, que me enseñaste a AMAR, que te AMÉ desde antes de cumplir 9 meses, desde el momento que esperabas ancioso mi llegada y más que mi padre eres mi confidente, con el que siempre puedo contar , el que nunca me abandorará, tú MI MEJOR AMIGO dejame decirte: eres EL MEJOR PADRE DEL MUNDO.

viernes, 17 de octubre de 2008

REFLEXIONES

Las 11:23 p.m, mañana clases, lo más sensato ir a la cama, prendo la computadora, la apago, doy mil vueltas no consivo el sueño; las horas pasan, el reloj marca las 3:12 a.m y sigo despierta, ¿qué hago?, me siento un momento y escucho atentamente ¿qué suena?, NADA es el silencio y mis pensamientos que atraviesan mi cabeza, ¿en qué tanto pienso? NO LO SÉ ¿en muchas cosas?; el tiempo pasa, el miedo se apodera de mí, ¿a qué le temo?, NO LO SÉ ¿a que pasara mañana?, ¿qué pasará?, NO LO SÉ, eso me inquieta.
Las 4:30 a.m, media hora disponible para entrar a un sueño profundo, 1800 segundos de tranquilidad; la alarma sonará a las 5:00, será la hora para alistarme, mi clase: 8 en punto; 6:15 todo listo, mi mente parece no estarlo, sigue vagando pero ya es hora de partir, 7:08 estoy en camino, los segundos siguen pasando, ¿qué haré? NO LO SÉ, otra vez esa maldita respuesta; tantas horas, tan pocas respuestas, de que me sirvió pensar tanto ¿DE NADA?, me sirvió para entender lo que estaba sucediendo, ¿yo estaba actuando mal? tal vez SÍ, quizás NO, de cualquier manera era culpable, porque NO es difícil saber lo que TIENES que hacer es doloroso.
Cada cosa tiene su lugar, su tiempo y un porque, no podemos forzarlas, poco a poco se darán y si es para ti, siempre lo seran; ganas o pierdes, no hay punto medio, aunque duela debes aprender a perder, ¿como acostumbrarte a la derrota?, pues a veces perder una batalla significa ganar la guerra, es solo cuestión de estrategia, saber donde atacar y conocer tu punto débil el cual proteger; no debes repetir los mismos errores, aprendes a jugar el juego del enemigo.
En aquella madrugada entendí que por muy difícil que sea, debes hacerlo; no me quedó más remedio, hicé lo que siempre supe que tenía que hacer, para darme cuenta de ello solo era cuestión de reflexión.